El día de hoy fui con unas amistades a comer a este restaurante y al llegar, fuimos atendidos por Yohana, quien al inicio se mostró amable y tomó los pedidos. Mis amistades pidieron unas Margaritas de Maracuyá. Sin embargo, las mismas estaban simples y al momento de indicarle a la salonera, la misma respondió de forma tosca que es la primera vez que un comensal refutaba por una margarita, ya que son las más vendidas y que si la devolvía, se la cobrarían a ella. Luego de conversar con la salonera, la misma accedió a llevar las bebidas a la barra para que fueran “Arregladas”, lo cual no cambio nada en el sabor. Por lo cual, se le volvió a indicar a la salonera y la misma respondió que en ese caso ella las devolvería y que no importaba, que se la cobraran a ella (Actitud que nos dejó con mal sabor). Por mi parte, nunca se me tomó el pedido ni me ofrecieron agua (Solamente atendieron a mis amistades) y teniendo en cuenta la actitud que había tomado el personal hacia nosotros, desistí del mismo. En lo personal, me entristece esta experiencia ya que he visitado varías sucursales de Nación y siempre me han hecho sentir como en casa, hasta hoy.