Tremendo lugar. Con más de 25 años sigue fuerte este bar-restaurante. El ambiente es especial y acogedor típico de una taberna alemana. La comida es muy rica y el menú es variado para toda ocasión. Hay platos para compartir y también hay platos individuales muy ricos. De entrada ordenamos una salchicha polaca de cerdo y la currywurst que estaban demasiado buenas. Dos cervezas de la casa que son aprox. medio litro. De Plato fuerte ordenamos el Gulash y para acompañarlos unos spatzle, que combinación más buena. Buen servicio por parte del personal y sin duda un lugar para ir a pasar un buen rato. Recomendado 100%