La entrada del restaurante esd e lo más original, a través de una peluqueria DE VERDAD, que está abierta en horario diurno. El ambiente superagradable. Más propio de parejas románticas, pero aunque fuimos un grupo familiar, resultó igualmente muy acogedor. El servicio, impecable, de una eficacia fuera de duda y derrochando simpatía. Y la comida muy buna: la Gyozas de puerco, el spicy tuna rice, la ensalada de algas... Y de postre, impecable el Brownie tempura...de la materia que están hechos los sueños. Estoy inpaciente por repetir.