El problema fue entrar porque en el estacionamiento, la máquina no daba tarjeta y la operadora humana no se encontraba. Hubo que dar la vuelta y entrar por Sunly. Por no estar en su puesto tampoco nadie podía salir. Muy mal. La vuelta valió la pena. La comida es super rica, y las meseras muy amables, atentas y serviciales. Están pendientes de ti y dan buenas sugerencias. Cuidado con pedir algo picante.