Al entrar al restaurante uno se encuentra con un bonito salón con piso de parqué, muy agradable ambiente. Me sorprendió positivamente como primera impresión. El local estaba lleno durante la hora de almuerzo, lo cual es positivo. La mesera era muy atenta y rápida. El ají de gallina con arroz estuvo bien, aunque se tardó muchísimo en llegar. Lo que no me gustó fue el calor que impera en el salón, el cual emana del horno adonde se rostizan los pollos, que está allí mismo adonde se sientan los comensales. Les insto a aislar el horno y colocar otro aire acondicionado split para mejorar la temperatura del salón. Eso haría que los clientes regresen más a menudo.