Una carta extensa de platos genuinamente indios, preparados con esmero y buena presentación, en su punto de picante para quienes no están demasiado acostumbrados a los sabores de esta cocina. Las raciones son suficientmente generosas como para compartir las entradas, pues una entrada y un plato fuerte por comensal pueden ser excesivos. Servicio correcto y decoración elegante, sin excesos. Para volver.