Es como la tercera vez que vengo y la verdad el café es bastante normal. El ambiente es bueno y relajado. Sin embargo la atención ha dejado mucho que desear en esta última visita. Pido la contraseña del WiFi y la joven que me atiende me señala la pared que esta como a 10 metros de donde estoy sentado. Le pedí el favor que me la dijera pues no tenía mis lentes a mano y de lejos no veo y me responde: "entonces tiene que levantarse e ir alla a ver la contraseña". Le dije que si en serio me estaba respondiendo eso y fui completamente ignorado. Por el café no volvería pero muchisimo menos por el servicio.