Tuve una de mis peores experiencias ayer en el local. Un vendedor ambulante entró hasta nuestra mesa, dentro del establecimiento, me gritó grosera por no querer comprar un caramelo, y no había ni una sola persona del personal al pendiente, el hostigamiento fue tan largo que hasta tuvo tiempo de gritarme más improperios. Al hablar con el mesero cuando llegó me dice que eso es mi habitual allí, que no pueden hacer nada. Tengan cuidado no vale la pena gastar 40$ en un lugar donde nadie se preocupa por tu seguridad, y con un ambiente tan pauperrimo. La comida no lo valía.
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