Hasta hoy no he probado un gelato igual en Panamá. La cremosidad de sus gelatos es impresionante. Aunque comprendo la razón por la cual no están expuestos, extraño el display donde podamos apreciar los diferentes sabores y ver con cual quedamos “enganchados”. Esta vez probé uno sencillo de vainilla y kiwi sin azúcar. El de vainilla era tan cremoso como malva al horno. El de Kiwi aunque menos cremoso (¡claro, es sorbeto!), su sabor le daba un choque eléctrico a mis papilas gustativas. Definitivamente, regresaré pronto.