Al llegar al lugar, la primera impresión es que el nuevo local está muy bien montado, tiene personalidad… me encantó. Reservé mesa en la terraza pues es verano y se me hace más divertido “out doors” no fue la mejor opción, la acústica de la terraza es mala, entre el zumbido delos extractores el eco de las conversaciones y el resonar de la mesa se hace difícil conversar sin tener que alzar la voz; y esto de que al final quedas con olor a fritanga es fatal. El servicio es bueno, un tanto demorado quizá descoordinación pues hay personal suficiente. La comida es buena, amo los patacones, las croquetas de pulpo son una delicia, ordenamos también un oso buco que fue mi preferido, de los sin pena ni gloria el pescado pues estaba mariscoso y el ceviche de huevos de codorniz que su salsa sabe a mayonesa compuesta con picante. De aperitivo el Pepino Mezcal Sour le doy un 100 puntos! Espectacular! Cerramos con los postres, el flan de café y las fresas con crema son una delicia!