Tradicionalmente, el mejor restaurante de Panamá para degustar un buen corte de carne de primera. El filete y la entraña que pedimos estuvieron jugosos y sublimes. La entrada, los acompañamientos y los postres no se quedaron atrás; estuvieron a la altura. El ambiente es agradable y tranquilo, como si estuvieras sentado en un rancho en la Pampa. Para nada se siente el bullicio y la congestión de la ciudad. El servicio es dedicado, muy atento y pendiente de los comenzales. Full recomendado!!!