El ambiente está increíble. Parece que fueras entrando a una discoteca de última moda. La terraza con acondicionada con aire da la sensación que estás afuera pero sin el calor sofocante se Panamá. El area interna del restaurante si está algo oscura y parece más un antro que un restaurante. La comida deliciosa y creativa toda. Pedimos el ceviche de camarones que estaba a otro nivel y el ossobucco también con un toque único de arroz con sabor a maíz y plátano. Este último es un plato enorme suficiente para compartir entre 2-3personas. Los patacones se veían increíbles, pero nos llenamos antes de poder pedirlos. El servicio estuvo muy atento pero cambian los waiters que te atienden en total fuimos atendidos por 4-5 personas.