Realmente vale la pena visitar este pequeño restaurante. Es una joyita de la comida asiática. Pedimos un arroz jazmin chaufa y el puerco agridulce que fueron para chuparse los dedos. Muy buena sazón, buenas porciones para compartir entre 2. Ni hablar del postre de pan escondido, super delicioso. El ambiente es acogedor y la atención muy personal. Recomendadisimo!