La última vez que visitamos Salsipuedes fue hace 19 años cuando estaba en planta baja y el Hotel Bristol constaba de una sola Torre. El restaurante ha cambiado un poco la identidad, pero continúa con su excelente oferta gastronómica y fina atención. Pedimos de entrada el croc-pop (ya habíamos probado cocodrilo anteriormente - sabe a pollo) y un ceviche. El croc-pop está servido encima de un patacón. De platos fuertes pedimos el róbalo con arroz, el pollo con setas, el Udón a la huancaína, langostinos a la brasa, Tacu Tacu de pork belly crispy y el pulpo anticuchero. La visita fue de celebración de una ocasión especial - un cumpleaños - y nos ofrecieron de cortesía un tres leches a otro nivel.
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