Tenía muchas ganas de ir y la verdad es que me encantó. Pedí de tomar un te frío de saril, viene sin azúcar, justo como me gusta. Fui con un amigo y de entrada pedimos la cobia en pedacitos con aguacate y mandarina, está de ensueño ❤️. La mezcla de sabores entre la mandarina, pedacitos de cobia, limón, cilantro y aceite de oliva estaba increíble. Muy refrescante , con el punto justo de acidez y sal, ni más ni menos. También pedimos de entrada los vegetales rostizados con cama de labneh. Me sorprendió para bien el sabor de los champiñones, también y las hojitas verdes que creo eran de apio. De plato fuerte pedimos un bowl pesto de pistacho, que traía lentejas, kale, tomatitos, zuccini y extra de proteína de salmón. Sabores deliciosos también. No parecía que nos fuera a llenar pero realmente lo hizo, funciona excelente para compartir. En resumen estaba todo muy rico, superó mis expectativas. Es ese tipo de restaurante con comida sana, con propósito, que alimenta ese rinconcito en el fondo de tu alma, regresaré muchas veces, muy agradecida!