Este restaurante tiene dos ambientes: uno abierto tipo terraza hacia la calle y otro cerrado con aire acondicionado en la parte posterior. El salón no dice mucho y no tiene nada alusivo al lugar. La atención es regular y no están muy pendientes de los comenzales; aunque los pedídos sí salen rápido. La comida... regular. Los patacones rellenos de ceviche eran muy gruesos y no llegaron ni tibios. El plato de mar y tierra era inmenso e impresionante en tamaño; pero no espectacular en sabor ni variedad. La verdad, desilusionó.