Pomodoro es uno de los clásicos de comida italiana en la ciudad al que solía ir mucho de joven. Al escuchar que seguían abiertos después de pandemia, sabía que tenía que ir. La comida no estaba tan buena como la recuerdo, pero sigue siendo de calidad y con precios variados con porciones bastante grandea de pasta. El servicio al principio fue un poco distante y seco, pero mejoró durante la velada y no tuvimos problemas reales. El nuevo local no es tan cómodo como el viejo, pero mantiene esa vibras bohemias.

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