Pedimos Pavlova, mil hojas, tarta de chocolate y pecan pie, todo estaba riquísimo. La atención de la dueña fue buena y nos explicó cada postre. El lugar es pequeño pero bien decorado. Casi no voy por los comentarios del descuento de jubilado, ya que pensé que estaban faltando a la ley, pero luego averigüé que las refresquerías/cafeterías no están obligadas a dar descuento de jubilado, a menos que sean franquicia. Así que si van con una persona jubilada, ya saben.
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