Hace rato quería regresar a este restaurante pero la otra sucursal siento que se llena demasiado y esta nueva opción me pareció lo mejor. La atención fue excelente desde que hicimos la reservación un día antes. Nos dieron detalles de todos los platos y bebidas y hasta recomendaciones basadas en nuestros gustos. El ambiente es muy agradable, romántico y familiar a la vez. Como entrada probamos el Antipasto Burrata, estaba delicioso. De plato fuerte un calzone del Re y una pizza de pepperoni tradicional, ambos con buena relación precio cantidad y excelente sabor. El postre ni lo dudamos... el tiramisú con helado de vainilla, de muerte lenta como siempre no decepciona el tiramisú de este lugar. De tomar pedimos 2 cocteles uno con vino blanco y maracuyá y otro con martini, estaban buenos, a mi parecer el de maracuyá podría tener un poco más de azucar, pero igual era refrescante.