Son de esos restaurante clásicos en Panamá que se han resaltado a través de los años por su buena comida y servicio. La comida estuvo riquísima, el servicio y la atención por parte de todo su personal fue casi excelente, el único problema es que la cocina cierra a las 10:30 pm y así como cierra la cocina así mismo se desaparecen todos los meseros a excepción de uno y la cajera y obviamente uno aunque quisiese quedarse más tiempo como que no puede. Pedimos: brocheta napolitana, croquetas de risotto, carpaccio de salmón, berenjena centenario, berenjena apanada, brócoli con queso fundido, champiñones al ajillo, pescado a la mostaza, spaghetti a la pescattore, spaghetti con camarones en salsa rose, plato vegetariano de fettuccine, postres y sangrias roja y blanca ( de las mejores en Panamá). El ambiente es bueno, sería bueno que le agreguen música de fondo. Recomiendo este restaurante.

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