Después de mucho tiempo sin ir (porque la atención había decaído), le dimos una segunda oportunidad y nos sorprendió como nos recibieron después de tanto tiempo: arreglaron la mala atención y la comida deliciosa. Hoy, nuevamente fuimos y retrocedieron todo lo que arreglaron: pedí un breakfast sandwich que estaba completamente HELADO! Parecía recién salido de la nevera! (le dijimos a la mesera y nos contestó con que solo el queso estaba frío y por eso TODA la tostada estaba fría) y un derretido de queso con pastrami de pavo: super grasoso, grotesco e incomible. Dejamos toda la comida tal cual. Hasta el café, un Geisha lavado, estaba insípido. Para mayor sopresa, esta “espectacular” comida nos salió a casi 32 dólares. Relación precio/calidad: absurdo y encima, luego de todo lo que le dijimos a la mesera que estaba mal, nos piden propina… Honestamente no volveré más. Que lástima que un lugar que tenía excelente atención cuando abrieron, un ambiente acogedor y buenos productos haya decaído tanto.