Siempre que puedo paso a disfrutar una cena en este restaurante. Esta vez, decidimos almorzar para el Día del Padre y la pasamos genial. Nos sentamos arriba, en un área un poco más privada. La comida salió en buen tiempo, todo estuvo delicioso y los cortes en el término solicitado. Nos atendió un chico y siempre estuvo pendiente con muy buena actitud. Recomiendo esta sucursal full!