El sitio tiene una decoración muy original y de buen gusto, con muchos colores y spots fotográficos. La atención es cordial, pero están pendientes de la rotación de las mesas por lo que no dan mucho chance de sobremesa. Los platillos originales, sin opciones de proteínas animales lo que lo hace todo un reto. Los postres buenas porciones y muy sabrosos. Tiene vallet parking del edificio que es necesario porque se hace difícil estacionar por su cuenta en la zona.