Ambiente: buena música y decoración, afuera los mosquitos te comen viva. Atención: la señora salonera fue muy amable, me hizo sentir en casa. Comida: nehhhh nada extraordinario lo que pedimos, me quedo con los nachos charros, es lo mejor del menú. El pie de limón vino congelado tipo helado pero por lo menos tenía buen sabor.