Como siempre, la atención es muy buena y bastante rápida, claro, depende de lo que se pida y de la cantidad. Los emparedados siempre vienen muy bien armados y estructurados, como de revista. Incluso los que vienen listos para llevar. Los postres... ni hablar. Son una tentación. Es imposible llegar y no llevarte uno o por lo menos asomarte para deleitar la vista.