Es toda una experiencia sacar tu langosta de la pecera. La joven que nos atendió fue muy amable. Pedimos unas langostas al ajillo, ya que habíamos comprado unas ofertas, y de verdad que no les sentí el ajo, los patacones estaban gruesos, algo grotescos, solo me comí la mitad, ¡qué lastima que no te expliquen que son así porque hubiera pedido la mitad! Además, les falta entregar la pinza para las tenazas. Las bebidas tienen buen precio.