Fui pensando que era un restaurante pasado, porque me habían hablado de el como tal, pero me parece más como un restaurante mata hambre, como para ir a comer y ya. La atención es normal, se demoran un poco en atenderte, ya que siempre esta llenísimo. Pedí nachos de pollo, los cuales estaban más caros que los nachos normales, pero cuando nos los trajeron tenían como 6 mini pechuguitas de pollo, nos quejamos y nos lo cobraron como nachos normales, pero la verdad, aunque no nos lo cobraron, la idea es irse con la satisfacción de haber comido nachos de pollos, que me habían dicho que eran uno de los mejores en Panamá, pero me fui con ese mal sabor de lo que paso. Volvería, pero espero no suceda algo así nuevamente y no me cobren casi 5.00$ más por un ingrediente que casi no pusieron en el plato. Me quedé con las ganas del dulce de Ferrero Rocher, que también me lo han recomendado mucho.