Frecuenté el Mika de Clayton cuando trabajaba en el área pero ahora me queda lejos. Así que me agradó descubrir su nuevo local en SF. La comida igual de buena y el servicio muy bueno: atento, amable y expedito. El local agradable, con mucha luz natural gracias a grandes ventanales alrededor del restaurante. Desafortunadamente, tanto vidrio hace que la acústica sea terrible, en el que cada sonido es amplificado. Si está buscando un lugar tranquilo y callado, este definitivamente no lo es. Además, el lugar estaba llenísimo un sábado a la hora de almuerzo.