Excelente servicio y ambiente, pero los platos atrapados en los años 80. Ordené un coctel de centollo como entrada. La calidad del centollo y la cantidad por el precio eran buenos ¿pero servido con salsa golf y saltinas? Really? Para plato fuerte un amigo y yo compartimos la parillada de mariscos. Otra vez directamente de los años 80. Solo con salsa de mantequilla. La porción de mariscos era generosa, pero los mejillones tenían arena. Los acompañamientos: papas hervidas, papas fritas, papas asadas o arroz. ¿No pueden inventar algo más contemporáneo? El otro comensal ordenó la guabina frita. Llegó fría y sin mucho sabor. Los postres eran de muy buenos calidad, pero otra vez, nada de este siglo: pie de limón, brownie, pecan pie (agotado esa noche), cheesecake. La mayoría de los clientes eran de tercera edad y comprendo el porqué: tienen más dinero, es cierto, pero con gustos del pasado también. Si quieren que crezca su negocio, tienen que modernizar el menú.