Maravilloso restaurante. Fui con mi mujer para celebrar 2 años de casados. Quería hacer algo especial y me habían recomendado este sitio hace tiempo. De entrada pedimos los escargots y dátiles. Estuvo muy rico, pero yo prefiero escargots al estilo tradicional en mantequilla. Lo que estuvo increíble fueron los platos fuertes: pedimos el risoto de langosta que estuvo esquisito. Pero más rico estuvo el linguine alioli con frutos del mar. Y el creme brulee de postre fue la cereza del pastel - con toques de rosas, para un cierre de cena perfecto. Muy rico.