El lugar es un museo de antaño con carros antiguos. Las mesas estan entre los carros lo cual lo hace totalmente diferente e interesante. Pedimos la sangria de vino blanco, la recomiendo 100%. Sin embargo, esperaba mas de la comida, tienen un menu pequeño pero variado. Pedi el Pulpo del pirata, la presentacion excelente pero le faltaba sabor y algo de sal.