Entras por el costado de lo q alguna vez fue una casa de madera al patio trasero, acondicionado con piso de piedras, un area de bar pequeña luces colgando muy acogedor, te atienden muy amablemente; la carta es pequeña muy buen mix de platos para picar mientras te tomas algún trago. el ceviche de camarones, los patacones con salsa sexy y las croquetas de pulpo fue lo q ordenamos, todo delicioso acompañado de micheladas.