Peculiar restaurante con varios escenarios de nuestro pais. El paladar se complace en encontrar aperitivos como unas buenas hojaldres o un suculento saus. Quise probar un plato clásico de la campiña y me decidí por el sancocho. Contaba con los ingredientes básicos: agua, pollo, ñame, culantro y sal. El ñame estaba duro. No era ese sancocho espesito que se prueba en una fonda. Me imagino que por la alta demanda. Debe comenzarlo mas temprano para asegurarse que la verdura esté bien cocida. Los deditos de corvina con patacones si estaban ricos. Buena presentación. Por precaución nos quedamos en el balcón. Era de noche pero ese abanico industrial nos obligaba a levantar la voz cuando conversabamos. De noche no es necesario el abanico porque la noche usualmente en el Causesay es fresca. La velada venia con show incluido. Muy lindo. Buen lugar para recordar nuestra cultura. Recomiendo mejoren un poco la entrada (escaleras) ya que se ve un poco desaliñada. Por lo demás, bien. Algo diferente.

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