Creo que fuimos en un mal dia. Eramos 11, y cuando llegaron las entradas no alcanzaron. Enviaron una fritatta de 6" de diámetro para todos... ¡de milagro comieron 4! Las otras entradas eran unos jamones y quesos, nada del otro mundo. El pan no alcanzó tampoco, y cuatro personas no llegamos a probarlo. Pedimos, pero no nos trajeron más (ojo que llegamos con reserva, así que sabían que éramos 11). La pasta, estaba OK. unos caracoles en salsa blanca, unos spaguetinis.. pero nada del otro mundo que no podamos hacer en casa. De postre solo habían dos tiramisus (y éramos 11), asi que no llegamos a probarlo. El pastel de manzana estaba muy bueno, pero vino con media bola de helado... El servicio... tampoco nada del otro mundo. El waiter se molestó cuando le pedimos por favor más fritata, ya que 7 de los comensales no la habían probado. El vino estaba a precio razonable y bueno, tanto blanco como tinto. El chef muy divertido y amable, italiano de pura sepa (no le entendimos mucho de lo que dijo). En en general no regreso. No estaba caro, pero nada del otro mundo.