Con la excelente oferta gastronómica china que hay en Panamá, la verdad no tenía expectativas demasiado altas de este restaurante, y aunque en efecto, es una versión bastante occidental izada, o americanizada de la comida oriental, tampoco fue una decepción. El lugar es sumamente acogedor y de buen gusto, y el servicio es excepcionalmente bueno. Los camareros se conocen el menú a la perfección, tienen criterio para hacer sugerencias y además hay magníficos cócteles a precios muy razonables. Muy atento el gerente que se acercó varias veces a asegurarse de que estuviésemos bien, e incluso nos ofreció un postre de cortesía. Lo recomiendo a cualquiera que desee pasar un rato agradable después de un día largo.