Un restaurante céntrico, accesible, sin embargo con escasos estacionamientos. Un amigo nos recomendó ir. Pedimos todos corvina con patacones, a precio bastante bueno. Los platos tenían una ensalada muy rica, patacones chicos, al igual que el pescado, éste ultimo no tenía ni buen punto de sal. La atención fue relativamente mala, hay que estar llamando a cada rato para el agua y los platos demoraron en exceso, un aproximado de 1 hora 15 mins. Así que no vaya con hambre, porque el estomago le queda pegado al espinazo. Le daré una segunda oportunidad para ver si existe mejora. C-