Fui a un desayuno aquí en día de semana. Fue desayuno buffet. De lo que había disponible, contaban con un menú bastante variado: huevos revueltos, estación de omelettes, strudels de jamón y queso, tocino, chorizos, tostadas francesas, pancakes, estación de panes y croissants, estación de quesos y viandas frías y la estación de cereales. Me sorprendió mucho que, siendo el país en el que vivimos, no tuviesen disponibles frituras como tortillas, carimañolas o empanadas. Obviando el shock cultural, me pareció que el menú era muy completo y estaba bastante rica la comida. Los jugos que tenían disponibles (naturales) deliciosos todos. El servicio, a pesar de ser buffet, teníamos a las meseras al pendiente del agua y del café/té de otros comensales. Me pareció agradable eso. Y el ambiente, es un salón frío, pero sin bulla. Realmente es un plus, tomando en cuenta lo concurrido que puede ser el área cercana al hotel en horas de la mañana. He ido otras veces al brunch dominical y me parece que es un muy buen lugar para ir a comer. Al ser buffet, al ser un hotel y por el precio que cargan, no es un lugar al que se deba ir todos los días, pero con una buena planificación, ahorro o si se quiere celebrar algo con un desayuno o brunch, este lugar es altamente recomendable.