El lugar es pequeño, pero acogedor. La comida bocatoreña muy bien preparada y llevada a otro nivel. Las influencias afro-antillanas son representadas en todos sus platos. La atención del personal es esmerada y todo es servido con mucha atención al detalle. El Chef normalmente pasa a saludar a los comensales para recibir retroalimentación de sus creaciones. Lo recomiendo!