Siguen estando con la calidad top con la que empezaron cuando abrieron hace un par de años atrás. Fui con mi mamá y mi hermana a almorzar. Ordenamos una lasagna de carne y una pizza #28 (no recuerdo el nombre). La lasagna no aparentaba ser lo más apetitosa, pero al probarla el cambio de opinión fue radical. La pizza, como es costumbre, con la masa delgada e ingredientes de calidad. ¡Un espectáculo de pizza! El servicio, bastante bueno aunque algo demorado. El ambiente se les ha quedado pequeño, en gran parte gracias al delicioso sabor de sus pizzas. ¡Recomendable!