Una grata sorpresa, por fuera no es muy prometedor en cuanto ambiente, pero por dentro es muy bonito, el servicio está bien fuimos en un grupo grande y de una separaron las mesas, algunas cosas por corregir pero bien en general, pero lo que destaca es la comida, ufff se siente una comida hecha con amor, me recordó a llegar en la tarde de la escuela y comerme un arroz con porotos pa dormí el resto de la tarde, buenísimo!