Este es uno de los descubrimientos mas interesantes que he tenido, pasaba todos los días por ese lugar sin darme cuenta que allí se encontraba un sitio excelente para comer y disfrutar de la buena mesa. Paso un tiempo desapercibido para mi pero luego de su remodelación un día sin rumbo fijo y por azares del destino llegue a esta embarcación anclada en el medio de la ciudad. Debo reconocer que su extraordinaria decoración, finos detalles y excelente atención me conquisto al solo entrar. Con un menú vasco y también español sin caer en en temas separatistas gastronómicos es una invitación al "País Vasco" donde los cocidos y frutos no del mar Cantábrico si no de nuestro generoso Pacifico y Atlántico se combina en perfecta armonía. Unos espárragos en 3 salsas y un un pulpo a la gallega servido en plato de madera con papas al dente y perfectamente cocinado fueron nuestros tickets de entrada a este mundo de multi sabores, aromas y texturas. Luego una cazuela de mariscos en donde a sugerencia mía mande a remover mejillones y conchas las cuales fueron sustituidas por el chef por vieiras, acompañada pos supuesto por un arroz blanco que se mezclo y absorbió todos esos sabores y un Gran Vino albariño. Con una atención 5 estrellas una excelente comida y un lugar acogedor no puedo mas que darle la mas alta puntuación a este lugar.