Un lugar muy típico del interior del país me gusto mucho. Mascaras de diablícos sucios y fotos alusivas creo yo a la familia Fundadora del restaurante. Nos atendió uno de los dueños un señor atento. Ordenamos costilla de cerdo y lengua como otro plato. La raspadura con limón refrescante y buen sabor. Recomendado.