Orgullosamente, puedo decir que soy testigo de cómo y cuánto ha progresado este negocio desde que era un carrito buhonero que remolcaban todas las noches cuando en esa esquina solo había monte. Las arepas y sus otros productos siempre fueron lo mejor y siempre estaba llenísimo aunque estuvieran de pie; porque venían muchas personas desde otros puntos de la ciudad a probar las mejores arepas... y aún continúan siendo las mejores. Ahora, tiene otro ambiente con música, mesas y sillas, más personal, ofrecen muchos más productos y bebidas; pero las porciones y la calidad siguen siendo iguales.