Me sentí feliz con cada bocado! Me encantaron las tortillitas de maíz nuevo con queso, coronadas con una jalea de ají chombo deliciosa y sus "patacones montaos" (con ropa vieja). Mientras venía el plato fuerte, el dueño del restaurante (un amable y simpático italiano residente en suelo patrio) nos ofreció el plato emblemático de la casa: un dorado y crujiente concolón acompañado de porotos: simplemente delicioso! Jamás había comido un concolón como ese!!! El plato fuerte fue sublime: un espectacular Pork Belly cuya carne estaba suave y exquisita y complementada con una crujiente capa superior. Para cerrar una mamallena de la casa calientita. En resumen, ya quiero volver mañana para degustar sus otros platos que prometen estar igual de deliciosos. Mis congratulaciones al Chef y a la repostera. Volveré!!!!

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