Pedimos una entrada variada con croquetas, arañitas, pulpo y calamar pero parecía que llevaban hechas una semana. Estaba todo seco, refrito etc... no estaba a la altura de lo que se supone que debe estar un restaurante como este. Luego pedí un lenguado a la plancha que desde luego no era lenguado, era fletan y totalmente insípido. Vamos, no tiene nombre. En definitiva, restaurante sobrevalorado, caro, en esta ocasión con servicio aceptable y con un ambiente que da pereza. Sirve para ver y dejarse ver.