Recomendado al 100%. Servicio, calidad y ambiente. La ubicación del restaurante no es por los comunes barrios que puede uno imaginar qué se sitúe este tipo de comida de la costa atlántica. No fue para nosotros difícil encontrarlo ya que con anterioridad habíamos transitado por el área, al llegar nos recibió el dueño del restaurante con su amigable sonrisa de bienvenida, por unos segundo tuve el yo interno preguntando que si había escogido el lugar adecuado para compartir almuerzo de domingo con la familia. Nos acomodamos en la mesa y enseguida la atención fue buena desde la servida del agua hasta el pedido del cierre de cuenta. Nuestras ordenes sin hacer clasificación entre entradas y plato fuero fueron clásicas de la isla: Torrejas de bacalao: enorme torreja del tamaño de la palma de la mano, con su sabor costeño y punto de picante. Almeja en salsa con un toque de jengibre al vino, acompañados de unos patacones bien pisaooo casi tan crispy como una galleta, sin perder mojar el pan en su deliciosa salsa. Sopa de rondon, fue un flash black al saber que tendrían LA SOPA, la mejor que he podido disfrutar es en la Isla Colón en Bocas, mi paladar no sabía que esperar al ordenarla, pues para mi sorpresa fue mejor que la de la fonda Beso del Dragón. Esto se merece 5 star. Pescado frito, una corvina de buen tamaño acompañado de arroz con guandú y ensalada de pastas con jamón (no fue necesario la pasta, sería bueno recomendarle que esta de más). LA CHICHA, Limonada con raspadura, deliciosa refrescante y agradable para lo que habíamos pedido, sin marcar en los muy dulce de la raspadura ni lo ácido del limón, la unión a medida perfecta de los 2 ingrediente. No puede contenerme para felicitar al dueño del lugar por tan exquisito momento y darle mi recomendación de valorar a su chef por tan buen sazón.