Reservamos la cena a las ocho y media de la noche. Comimos las excelentes carnes y el vino tinto argentino, etc. Disfrutamos mucho de las comidas y conversaciones entre amigos y mi familia. Pasamos muy rápido el tiempo y estamos hasta la hora de cerrar el restaurante como a las once de la noche. Nos dejaron de hablar, hablar y hablar... Estoy convencido de que no todos los restaurantes pueden hacerlo. El ambiente del restaurante fue maravilloso.