El restaurante está bien ubicado, tiene suficientes estacionamientos aunque es una plaza en algunos horarios no está muy llena, el servicio con todo respeto es malísimo, el personal poco amable y servicial, la comida muy regular, pedimos unas almejas napolitanas, la mayoría estaban cerradas o con arena, pero lo peor de nuestra visita fue la lasaña de pollo gratinada, que de gratinada no tenía nada, cero queso, solo venía completamente cubierta de salsa blanca, y por dentro un pollo sin sabor ni color... una verdadera experiencia negativa...