Fui con mi novia a cenar un sábado. Sentí la misma sensación de una tienda Deli, pero con postres griegos. Ordenamos una crema de zapallo y un sándwich entero de pastrami con mozarella. La crema estaba buena pero hay mejores, y el sándwich la verdad que estaba bastante rico y a un precio acorde conforme a la relación precio/calidad/cantidad. Mención especial para los jugos naturales que tienen, ya que me parecen una buena opción y variante a lo que normalmente se ofrece. Aunque debo concordar con otro comentario que leí de que es un fail que no tengan té frío. El servicio es casi inexistente, excepto para que te pongan la comida en un plato y te la calienten, o para pedir algo de la sección de la cafetería. Para un comensal nuevo (como fue nuestro caso) debimos estar unos 5 minutos viendo el movimiento del lugar para comprender exactamente cómo era el proceso para pedir comida. Con tantos letreros en el lugar señalando el menú y los distintos postres, puede haber algún letrero que indique la forma de proceder para ordenar comida. El ambiente es extraño, porque quiere ser de una cafetería pero en este caso es algo más incómodo. Mesas angostas y sillas anchas en una tienda deli no son precisamente el mejor ambiente. La tienda en sí está repleta de letreros y dulces, que hacen algo difícil la circulación de las personas dentro del lugar. Tienen unas mesas afuera para aquellos que deseen un ambiente abierto, a expensas de sofocarse con el calor y el ruido de Vía Porras en hora pico. Los precios, calidad y porciones de los alimentos están bien. Comparado a otros lugares, quizás este sea algo más caro, pero creo que la diferencia en precio se compensa en la calidad. ¡Recomendable!