Es un lugar común. Por ser un lugar que vende alitas sentí mucha curiosidad por probar su comida. No fue nada del otro mundo, el precio algo excesivo ya que casi gasté 10 dólares en comida y aún quedas con hambre. Las alitas son su especialidad (no me gustaron las dulces), así que pedir una hamburguesa u otra cosa que no sea alitas está fuera de lugar. El servicio es bueno, las pocas veces que he ido me han atendido bien.